domingo, 15 de febrero de 2015

Anorexia aparte

Una vez me preguntaron: ¿Qué le dirías a una chica anoréxica? Al principio mi mente se quedó en blanco, ni siquiera sabía cómo de delgada estaba una chica anoréxica, le dije a esa persona que a la mañana siguiente tendría mi respuesta. Me pasé la noche informándome sobre ellas, sobre esa enfermedad, realmente esas chicas tienen un grave problema, están esqueléticas. A las doce de la noche todavía no había conseguido la respuesta que querían. Indagué en mi mente hasta que algo me abrió el mundo y me llevó a la realidad: nuestra sociedad ha formado un estereotipo de cómo debe ser la mujer perfecta. En cuanto lo supe, envié un mensaje diciendo: ¿Sabes lo que le diría yo a una chica anoréxica? Que no sea tonta, que no se coma la cabeza por verse así, si lo hace por los chicos tiene que saber que gusta mucho más alguien rellenita que aquella a la que se le noten las costillas. Creo que es una de las cosas más sabias que he dicho en toda mi vida. Si un hombre te quiere por tu cintura perfecta y por las piernas largas no vale la pena luchar por ese amor; en cambio, si tan sólo se fija en tu interior, sin opinar en lo que dice la báscula de ti, consérvalo y haz de ese hombre, aquel con quien te despiertes todas las mañanas. Habrá valido la pena.
En cuanto leyó el mensaje (nada mas despertarse por la mañana) me llamó y me dijo que era un genio y que tenía una mente espectacular, pero él no podía decirle eso a una chica anoréxica, se le hacía imposible hablar de temas relacionados con "el peso"; y yo, como buena amiga que soy, le dije que hablaría en su puesto y así fue. No voy a decir que la chica cambió de pensar en cuanto yo hablé con ella, pero tras varias tardes reflexionando sobre el tema llegó a la mínima, pero perfecta, conclusion de que se estaba haciendo daño ella misma. Y en ese momento yo me sentí realizada, me consideraba una persona pequeña pero al conseguir que esa chica cambiara de pensar me sentí grande, mejor dicho, enorme. No cabía en mí misma. Fue algo imposible de traducir con palabras, sólo quien hace esa obra puede llegar a saber de qué forma me encontraba yo. Y esto sin hablar de la persona que me hizo la pregunta al principio, se trataba de su hermana, sí, parte de su sangre era esa chica anoréxica a la que yo ayudé. No cabía del gozo ni esa persona ni yo.
Hacer una buena obra no significa que estés donando 100€ para unicef cada mes sin nada más. Sólo sabes si haces una buena obra realmente cuando sientes que ya has respirado hondo por hoy, creedme.

1 comentario:

  1. Sinceramente, me ha gustado mucho esta entrada, por que muestra parte de la realidad que la gente no quiere ver. Aprovechando este comentario me gustaria que te pasaras por mi blog, y opinaras. Es muy importante para mi.
    Gracias por tu tiempo, Laura

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