Estamos en edad de equivocarnos, de desobedecer a nuestros padres cuando tienen toda la razón, de dejarnos llevar cuando estamos al lado de cualquier chico, de cometer errores que pronto se olvidarán, de tomarnos una copa de más por los nuestros, porque sí. Estamos en edad de dejar de lado los cuentos de hadas y empezar con los principes que no se convierten en ranas. Estamos en edad de pegar e insultar y no dejar que nos rebajen nunca, de querer, de añorar y arrepentirnos de lo que hicimos años antes, de llegar a casa acompañadas, de tener el rimel corrido por aquel que acaba de salir de nuestra vida.
Porque estamos en edad de desear y conseguir, de esforzarnos y llegar a ser.
Y es que estamos en edad, porque sí.
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