domingo, 14 de febrero de 2016

14-Febrero-16

Ya hace mucho que no me paso por aquí pero hoy es un día puntual y no podía dejarlo pasar: Hoy es San Valentin.
Se dice que es el día de los enamorados, ese día especial del año en el que nuestras parejas nos hacen regalos para demostrarnos lo mucho que nos desean y por la noche, si hay suerte, ya sabéis lo que pasa.
Aquí llego yo.
Esto me parece fatal. Yo creo que en una relación de verdad no debería hacer falta expresar todo tu amor durante un solo dia, sino todos. Cada día levantarse con un "te quiero" de tu pareja, que esos pequeños mensajes del espejo te los escribiera cuando le apeteciera, no solo el 14 de febrero y que los bombones tuvieran forma de corazón de verano a invierno.
Por otra parte también tenemos a esos solteros que hoy no tienen a nadie para pasar un día romántico ¿Es normal excluirlos de tal forma? Ya os contesto que no; no está mal un día del amor mundial, por así decirlo, pero no debería estar tan comercializado, por ejemplo, porque en algunos casos la gente comienza a deprimirse cada vez más cuando en la tele ve un anuncio de un viaje solo para enamorados.
¿Y si yo me quiero ir también a Venecia qué, eh? ¿Y si el ramo de flores lo tengo para decorar el salón? Ese tipo de cosas ke revientan por dentro. Que cada uno exprese su amor como quiera mientras no dañe a nadie, cosa que la gente de ahora no entiende porque todo está hecho a base de regalos y tonterías que se podrían repartir entre esos 365 días que tenemos al año.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Estamos en edad

Estamos en edad de equivocarnos, de desobedecer a nuestros padres cuando tienen toda la razón, de dejarnos llevar cuando estamos al lado de cualquier chico, de cometer errores que pronto se olvidarán, de tomarnos una copa de más por los nuestros, porque sí. Estamos en edad de dejar de lado los cuentos de hadas y empezar con los principes que no se convierten en ranas. Estamos en edad de pegar e insultar y no dejar que nos rebajen nunca, de querer, de añorar y arrepentirnos de lo que hicimos años antes, de llegar a casa acompañadas, de tener el rimel corrido por aquel que acaba de salir de nuestra vida.
Porque estamos en edad de desear y conseguir, de esforzarnos y llegar a ser.
Y es que estamos en edad, porque sí.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Las cosas buenas están por llegar

Y cuando le conocí a él, mi mundo cambió.
Las clases dejaron de aburrirme.
Las dificultades eran menos cuando él estaba ahi para ayudarme.
Aún así no funcionó.
Todos diciendo que juntos duraríamos pero ninguno de nosotros se atrevió a pedírselo al otro.
Noches llorando.
Días felices.
No conseguía esconder esa sonrisilla tonta que me salía cuando pasaba por delante de mí.
Estoy segura que él solo quería una amiga.
El resto del mundo lo negaba.
Y no, no estaba loca, pero le conocía bien como para darme cuenta.
También estaban los comentarios de la gente por medio.
Pero eso ya no me importaba tanto como al principio.
Cada noche soñaba que la perdía con él.
Quería que pudiera ser mi primera vez.
Estaba segura de que no lo iba a conseguir nunca.
La vida es muy puta.
Perdimos la relación cuando crecimos.
Un día nuestras vidas se cruzaron sin haberlo previsto antes.
Me sorprendí.
No parecía haber perdido su muchedad.
Eso que le distinguía del resto.
Las palabras adecuadas salieron de mi boca.
Como si las llevara planeando años.
Salimos a tomar una copa.
Una cosa llevó a la otra.
Acabé en su cama.
Fue mi sueño.
Al despertar, él en calzoncillos.
Yo con su camisa que me venía de vestido.
Ideal.
Nos despedimos y me fui.
Antes de llamar al ascensor me giré.
Comprendí que ahora no podía dejarle ir como unos años atrás.
Si se lo decí, mi voz temblaba.
Dejarle una nota en la puerta fue mejor idea.
Tan solo ponía una fecha.
No sabía si lo recordaría.
Al cabo de dos días recibí una llamada suya.
Pero no habló.
Se oía un ligero sonido.
Parecía una canción.
Era mi canción preferida.
Se acordaba.
Colgué y automáticamente fui camino a su casa.
Corriendo con tacones.
Él me esperaba.
Sabía lo que esa canción significaba para mí.
Una mirada.
Un suspiro.
Risas.
Más risas.
Una declaración.
Comenzó con un triste principio.
Acabó con un final feliz.
De esos que comen perdices.


LSD



domingo, 4 de octubre de 2015

LLévame hasta la luz

Se supone que para encontrarse antes hay que perderse pero yo estoy harta de estar perdida, sin rumbo, en busca de alguien que me enseñe el camino. Sólo quiero que aparezcas ya, que me enseñes esa luz que hay después del túnel y me lleves contigo.
Como cualquier otra chica.
Como alguien que necesita paz y no lucha. Aunque lucha por lo que quiere y nada se le resiste.

jueves, 1 de octubre de 2015

Adiós mami

La magia aparece en ella cuando la ve, todo lo malo del día se le olvida, ya no le duelen las piernas, ya no está cansada. Tan solo está feliz. Encantada de tenerla de vuelta y poder ayudarla con todas esas preguntas que una hija hace. "Mamá no tiene ganas de jugar, cariño" - le dice mientras la niña la coge con sus pequeñas y regordetas manos-. Al final accede a jugar, nunca puede negarse a esa miradita.
Si están juntas se bastan por ellas mismas.
La pequeña ya no es tan pequeña, ya se pone tacones y no aparece en casa hasta las 7 de la mañana. Eso la debasta. No pasa nada, está esperando con ansia a que se despierte para que le pueda contar lo bien que se lo pasó la noche anterior.
Una deja a la otra, se va lejos a estudiar.
Adiós mamá, siempre te querré.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

The rain is a song without lyrics

La lluvia toca sus notas sordas contra la hierba, golpea los cristales y se expande, como una hiedra, estropeando su nitidez. Nosotros somos pentagramas en blanco que rellenamos con notas sueltas que gotean de un beso, el sudor de un goce o una lágrima muda cuyo grito apagado es ahora una corchea salvaje e indomable. El amor es una putada, una bendición que trepa desde los pies a los genitales, que se abren como pulpas y se abrazan, llega al corazón, que desprevenido se rinde vencido sin apenas luchar, donde acaba anidando, como ave rapaz que es. La lluvia continuó con esa magia de pintar los campos verdes otros mil años; no todos lo vimos pero los vikingos ya nos lo dejaron escrito. La lluvia toca su canción y cada uno escribimos nuestra letra. A veces, con suerte, la melodía acompaña y nuestra ortografía es clara, precisa, como una mirada entre amantes que no saben decidir cuando es el momento oportuno para decirse lo mucho que se necesitan.

jueves, 20 de agosto de 2015

Ricos y pobres

-Este pantalón me queda bien?
+Sí, vas bien
-Uff, no estaba muy segura si ponérmelo porque me siento gorda con él
+¿Y por qué no te pones otro?
-Porque no soy tan rica como tú, no tengo mil pantalones que no me pongo, tengo lo que necesito no lo que me apetece comprar. Algunas no tenemos tanta riqueza como para permitirnos esos caprichos, siento decepcionarte